Cuando llegan los cambios organizacionales, se habla de las perdidas y del dolor que las personas experimentan. ¿Y qué tal si también hablamos de amor para volver a aprender y facilitar el cambio?
Recientemente estuve en un curso de formación para certificarme en gestión del cambio en el que hablaban de la tanatología: el estudio de la muerte, una interesante mirada para abordar en las organizaciones, sobre el dolor que sienten las personas por la perdida, ya sea de la manera de hacer las cosas, por dejar ir a jefes y equipos de trabajo y sumado a este dolor tener que esforzarse para simultáneamente incorporar en sus vidas lo necesario para estar alineados y aportar a los cambios organizacionales.
Y es en este momento de dolor por la perdida generada con el cambio donde veo que se necesita “amor en las organizaciones”, cuando llega el momento de volver a aprender sobre nuevas maneras de trabajar, de relacionarse, de comportarse, de aprender lo requerido acorde a los retos organizacionales.
Para darte mayor claridad sobre lo que quiero decir al hablar de amor, te invito a imaginar a un padre o una madre que llevará a su pequeño hijo(a) a una excursión, aun conociendo que existen riesgos, porque espera que la experiencia sea útil para la vida del chico. Es muy probable que este padre propicie los siguientes actos de amor:
- Conversará con el chico para darle a conocer lo que vivirán.
- Lo motivará a hacer preguntas.
- Juntos harán planes para vivir al máximo la excursión.
- Si necesita entrenamiento, se lo proporcionará.
- Si necesita algún equipaje especial, lo buscarán.
- Generarán acuerdos – ¿Y si pasa esto qué hacemos y si pasa lo otro?
- Y durante el recorrido, le dará espacio para que experimente y aprenda.
- Si el hijo lo busca para pedirle orientación, el padre acudirá y juntos encontrarán la mejor manera de avanzar.
En fin… ese padre amoroso no ahorrará esfuerzos para lograr que la experiencia sea provechosa.
Ahora volvamos a las organizaciones, cuando hay cambios y los empleados sienten incertidumbre por diferentes razones como, por ejemplo, no saber cómo hacer su trabajo con las nuevas tecnologías o metodologías, otros que no están habituados a hacer las cosas de la manera requerida para asumir riesgos, tomar decisiones ágiles, innovar, operar más rentablemente y ser sostenibles, etc.
Entonces imagina a los empleados como los chicos que están por ir de excursión con su padre, unos más perdidos que otros, unos con ganas de iniciar, otros enojados o con miedo. Por otro lado, están los líderes de más alto nivel, los que definieron que se necesita el cambio y las condiciones para que se de.
Antes de iniciar el cambio, lo ideal sería que el amor de estos líderes por la organización, traducido en su interés porque la organización logre los objetivos de negocio en un ambiente de progreso para las personas, que ese amor organizacional de los líderes los motive a emprender una serie de acciones que faciliten la transición y el aprendizaje a todo nivel.
Amor para aprender y emprender
El amor en las organizaciones se convierte en hechos cuando los líderes se proponen conectar a los empleados con el propósito del cambio, porque ellos saben que sus equipos emprenderán más fácilmente el camino por convicción que por obligación.
Estos líderes saben que el trayecto es largo y se preparan para acompañar a sus equipos durante las etapas del cambio, se proponen estar presentes y al servicio de sus equipos, demostrando que están genuinamente interesados en que los colaboradores sean los protagonistas del cambio, mediante las siguientes acciones de amor:
- Creando espacios para escucharlos y conocer qué les inquieta, a qué le temen, qué los motiva para orientarlos y crear nuevas posibilidades.
- Respetando y valorando las diferentes contribuciones, para construir soluciones juntos.
- Enseñando con el ejemplo, siendo coherentes entre lo que dicen y lo que hacen y arriesgándose primero, para dar claridad y seguridad.
- Validando las equivocaciones, si se quiere cambiar, hay que probar nuevas maneras de hacer las cosas, hay que ensayar y de las fallas aprender rápidamente.
- Teniendo la humildad, pidiendo retroalimentación a los colaboradores para aprender de y con su equipo.
Las personas permanecen en sus trabajos la mayor parte del tiempo, es en las organizaciones donde las personas encuentran posibilidades para desarrollarse y progresar, muchos encuentran allí el sentido de sus vidas. Considerando esta premisa los líderes hoy tenemos una gran responsabilidad que va más allá de dar resultados en el trabajo, se trata de influir positivamente en la vida de las personas ¿y no es esto amor?. Para ti, ¿qué es amor en las organizaciones? Déjanos tu comentario.
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María Isabel Holguín
Coach – Consultora en Comunicación
Mi pasión es ayudar a los líderes y a las organizaciones a comunicarse con más potencia para ser más efectivos y disfrutar más la vida.
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2 comentarios en “Amor en las Organizaciones es…”
Durante el tiempo que colabore’ con Martinalba sentí este amor y acompañamiento permanentes que me impulsaban a dar más de aquello por lo cual estaba recibiendo una retribución económica
Amparo tu eres una mujer inspiradora, trabajar con personas cómo tú impulsa el trabajo en equipo. Eso es amor en las organizaciones.
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