El liderazgo directivo, un estilo de gestión que a menudo se caracteriza por líderes que toman decisiones por su equipo y esperan que estos cumplan las instrucciones, tiene un lugar reconocido en medio de la amplia gama de tipos de liderazgo existentes. Este enfoque está orientado a la resolución de tareas, centrándose en la toma rápida de decisiones y el establecimiento de expectativas claras. Aquí el líder asume un papel activo en el manejo de su equipo, con frecuencia tomando las decisiones de forma independiente y estratégica por el bien común. Aunque podría pensarse que todo se trata de control y mando; un líder directivo también debe poseer una gran cantidad de conocimientos y se debe confiar en que tendrá las habilidades para guiar al equipo hacia el logro de sus objetivos, especialmente en situaciones puntuales.
A pesar de la creciente y fundamentada tendencia hacia estilos de liderazgo más colaborativos e inclusivos, todavía hay situaciones en las que el liderazgo directivo resulta muy beneficioso. En este artículo te explicaremos cuáles son ese tipo de circunstancias y cómo debe mantenerse el balance para preservar la dinámica de equipo y los aportes individuales de cada miembro.
¿Qué es el liderazgo directivo?
El liderazgo directivo es un tipo de liderazgo caracterizado por una figura de líder que asume la dirección del equipo. Este líder sirve como una guía autorizada y describe los pasos precisos para que cada miembro alcance sus objetivos, permitiendo que la responsabilidad sobre la toma de decisiones recaiga sobre sus hombros.
Si bien este estilo de liderazgo podría proyectar un rigor de tipo militar, no está del todo fuera de lugar en el mundo empresarial. Es cierto que el enfoque es riguroso y puede considerarse rígido, pero en ciertos escenarios puede adaptarse y aplicarse de manera efectiva.
El ámbito corporativo actual valora la experiencia de los empleados y fomenta el intercambio de ideas para la mejora organizacional y cultural. Por ello, entendiendo que este tipo de retroalimentación normalmente no es común bajo el punto de vista directivo, lo más recomendable es abrir espacio para la implementación estratégica en situaciones definidas, permitiendo así que su esencia, brindar una dirección clara, se logre de manera coherente y eficiente.
Características del liderazgo directivo
El liderazgo directivo se evidencia en pautas claras y expectativas bien establecidas que se reflejan como características clave propias del estilo de liderazgo. A continuación te las explicamos:
- Asumir responsabilidad: los líderes directivos asumen su rol, especialmente cuando su equipo necesita orientación y motivación. Se hacen cargo con confianza, establecen objetivos y describen los pasos que deben seguir los empleados para alcanzarlos. Esta claridad ayuda al equipo a recorrer su camino hacia el éxito.
- Alta autoridad: en el liderazgo directivo se establece autoridad desde el inicio, por este motivo, los líderes dirigen con confianza, haciendo valer su posición como guías del equipo.
- Ejercicios de orientación: A través del método directivo, los líderes a menudo se ven en la tarea de dirigir proyectos que, de otro modo, fracasarían sin su supervisión. De acuerdo a ello, guían meticulosamente a su equipo, monitorean su trabajo y verifican periódicamente el progreso, dando valor a tener expectativas claras para el mejoramiento de los resultados.
- Apego al protocolo: a diferencia de otros estilos de liderazgo que defienden la colaboración y la creatividad, la perspectiva directiva sobresale al seguir protocolos establecidos. Estas estrategias guían a los empleados en el cumplimiento de sus responsabilidades.
- Cumplimiento: la estructura jerárquica y la organización son vitales para el liderazgo directivo. Los líderes realizan un seguimiento de las responsabilidades y tareas de cada miembro del equipo, haciéndolos responsables de su trabajo y el cumplimiento de los requerimientos de productividad.
¿Cuándo es más eficaz el liderazgo de tipo directivo?
El liderazgo directivo brilla en escenarios específicos en lugar de ser aplicado como la regla general. A continuación te contamos algunas situaciones en las que este estilo de puede resultar notoriamente útil y eficaz:
- Al guiar a nuevos ingresos: los miembros recién llegados del equipo o aquellos que no están familiarizados con una tarea determinada a menudo necesitan dirección adicional. Es posible que no tengan aún las habilidades o la experiencia para completar tareas de forma independiente y por ello, en estos casos, un líder directivo puede intervenir, definiendo claramente las tareas y supervisando el equipo para garantizar que se cumplan los objetivos.
- Gestión de proyectos críticos o de alto riesgo: cuando se manejan iniciativas de alta prioridad donde los errores pueden tener consecuencias importantes, el modelo directivo pasa a primer plano. El líder puede establecer reglas estrictas y monitorear de cerca el progreso del equipo para minimizar el riesgo de fallas. Esta cuidadosa supervisión garantiza que el proyecto se complete de manera eficiente, manteniendo los más altos estándares de calidad posibles.
- Responder a situaciones urgentes: las emergencias en el mundo laboral requieren una acción rápida y decisiva. Incluir a todos en el proceso de toma de decisiones puede provocar demoras que son cruciales en situaciones urgentes. Un líder directivo puede acelerar el proceso tomando decisiones rápidas, asignando tareas e impulsando al equipo hacia el resultado deseado dentro del plazo necesario.
Un estilo de liderazgo con múltiples beneficios al aplicarse adecuadamente
Aplicada correctamente, la orientación directiva ofrece una gran cantidad de beneficios: proporciona una comunicación clara, sin dejar lugar a la ambigüedad, aquí los empleados comprenden sus roles y los pasos que deben seguir para lograr los objetivos organizacionales, y con esta claridad obtienen mejores resultados.
No obstante, en medio de la evolución de la cultura laboral, el aspecto directivo -usualmente arraigado en el mando y control-, ha visto disminuir su popularidad. A medida que la fuerza laboral moderna valora cada vez más la inclusión en la toma de decisiones y la autonomía sobre su trabajo, este enfoque de arriba hacia abajo es menos favorecido, y contrario a traer ventajas, un líder demasiado directivo puede correr el riesgo de desestimular la creatividad y la innovación, lo que puede conducir a una menor satisfacción y una reducción de la productividad.
Para evitar estas circunstancias, es fundamental llevar a cabo una implementación del estilo estratégica y adecuada, en la cual se primen las situaciones puntuales para el enfoque directivo, pero en la generalidad la colaboración sea más prominente.
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